viernes, 25 de diciembre de 2009

En casina

Vuelta a casa por Navidad, como el turrón.

Asturias, patria querida

lunes, 26 de octubre de 2009

Creéme

Hola, me llamo Fran. Escribo esto como puedo y sin ninguna esperanza de que lo leas. Me desperté hace un rato en un lugar oscuro y extraño y no sé exactamente dónde estoy. Por lo menos encontré un trozo de hoja y un lápiz, como si alguien me hubiese leído la mente y hubiese sabido que necesitaba escribir esto. El caso es que no recuerdo muy bien cómo sucedió todo. O cómo acabó todo, mejor. Pero da igual, necesito contarlo, porque sé que soy inocente. Y necesito que me creas. Porque lo que más me duele del mundo no es haber tenido líos con la policía y haber estado en un calabozo, sino saber que no me crees y que piensas que soy un asesino. No puedo con eso.

Así que quiero aclarar las cosas, aunque no me acuerde muy bien. Porque lo que sí que recuerdo es que yo solo pasaba por allí, que yo no empecé esa pelea que acabó con un tío desangrado en el suelo por culpa de una puñalada. Yo simplemente lo vi tirado, le quité el cuchillo e intenté ayudarle. Pero, en ese momento, vi unas luces azules. La policía. Me detuvieron sin preguntar nada y me metieron en calabozos. Como tenía antecedentes por culpa de un gilipollas que el año pasado le pegaba palizas a su mujer y al que yo me cuidé de que probase su propia medicina, no me creyeron cuando les dije que me lo encontré tirado en el suelo ya. Y a partir de aquí fue cuando dejaste de hablarme, cuando no cogías el teléfono. No me creías. No espero que con esta carta lo hagas, pero por lo menos estoy luchando por ti.

Lo demás lo tengo ya un poco borroso. Recuerdo que salí de los calabozos a la espera del juicio, pero no me acuerdo muy bien de lo demás. Espera, sí, recuerdo que de la que iba a casa pasé por la calle donde sucedió todo. Si, me paré un momento a observar el callejón. Me entró rabia: por culpa de ese callejón te perdí, quizá para siempre. Y... si, ya empiezo a recordar. Estaba observando la mancha de sangre cuando oí voces. "Ey, ese es el tío que mató a Rober". "¿qué?". "Sí, es él". Me giré y vi a cuatro tipos viniendo hacia mí. Oscuridad. Espera, que no acaba aquí, abro los ojos y estaba tirado en el suelo con los cuatro tíos intentando salvarme de una herida que no pintaba nada bien en el cuello. No, espera, no son ellos, son otros, van de uniforme y guantes. Sigo oyendo voces. "¡Se nos va, se nos va!". Oscuridad de nuevo.

Y, luego, aquí. No sé si será una habitación de hospital. O un calabozo. El caso es que está bastante oscuro, no sé ni cómo estoy pudiendo escribirte esto. No veo nada a mi alrededor, no oigo nada. ¡Espera! ¿Qué es esa luz?

martes, 20 de octubre de 2009

Adiós

Ya llove, ya chove, ya está muy oscuro, las hierbas del campo ya pinchan en culo. Eso me decías cuando era pequeño. Los adultos o, mejor, las adultas ponían cara un tanto desaprobatoria, pero en broma. Yo me reía siempre. "Ala, dijo culo". Enseguida lo aprendí y lo reproducía a mis compañeros en el colegio, quienes se reían también, al principio por lo menos. Ya se sabe que a los niños toda frase que contenga la palabra "culo" les encanta. Por eso triunfaban las pelis de Eddie Murphy. Y de eso me acordé cuando te vi el pasado lunes.
Otra cosa que me encantaba era verte cenar sardinas a las ocho de la tarde, ¿te acuerdas? Me chocaba que una persona cenase tan pronto, pero ya se sabe, cuando el hambre aprieta... A mis padres también les resultaba extraño que me gustase sentarme a tu lado y verte cenar. De hecho, es normal de pensar. Ahora, recapitulando, también a mi mismo me resulta curioso. Y de eso me acordé cuando te vi el pasado lunes.
Pero lo mejor era tu actitud. Me parece que nunca te vi enfadado o, si acaso, poquísimas veces. Siempre sonriendo, siempre alegre y siempre hablando en broma tomando el pelo a los demás. Yo creo que por eso yo soy así, me lo pegaste tú. Pero es que, claro, es la mejor actitud que puede tener alguien si pretende ir por la vida, verdad? Yo creo que si.... También de eso me acordé cuando te vi el pasado lunes.

Muchas más cosas, todas buenas, se me vinieron a la cabeza cuando el pasado lunes mi hermano me despertó y me dijo que nos teníamos que ir a Luanco a verte. A despedirte. Ese día,el previo al de tu funeral, llovió un poco. ¿A que no sabes de lo que me acordé? Yo creo que si...

domingo, 27 de septiembre de 2009

de sueños presidenciales

Javier está en el baño, poniéndose la corbata. Hoy es un día importante para él, aunque la situación en el país no es que sea demasiado buena. La crisis está dejando sin trabajo a mucha gente, los impuestos van a tener que subir y eso no le va a gustar a la población. Para más inri los de la oposición acusan al gobierno de espionaje y los medios de comunicación no se cortaron un pelo para contarlo. "Debimos de ser más cuidadosos con eso", recuerda. Sí, la vida de un presidente del Gobierno es dura. Pero hoy es diferente. Por fin va a viajar a Estados Unidos y se va a entrevistar con el presidente del mundo, con el líder más importante y con más ojos encima. Así que está un poco nervioso. De hecho tuvo que ayudarle su mujer a hacerse el nudo de la corbata. Azul marino, elegida por ella, claro. Ella, de nombre Claudia, ya está vestida. Porque no va a ir solo, le acompañará su familia: Claudia y sus dos hijas, Andrea e Irene, de 16 y 13 años. Al principio él no quería, ya que el curso escolar ya había empezado, pero ellas habían mostrado mucho interés en la política norteamericana y en la figura histórica de su presidente, el primer mandatario negro de la historia de ese país. Así que después de mucho insistir, él cedió. Claudia le transmitió su preocupación por la indumentaria que habían elegido las niñas para el viaje. Él lo pensó durante un momento: "Ellas son así, déjalas". "¿Estás seguro?", replicó ella. "Cada uno tiene que ser uno mismo". Esa misma mañana tomarían el avión hacia Washington.

Tras unas ocho horas de vuelo, por fin llegan. Una limusina les recoge y les lleva a la Casa Blanca. ¡La Casa Blanca! El sueño de cualquier presidente. Al llegar, les conducen por unos jardines muy bonitos, preciosos, según piensa Claudia. El presidente Morgan y señora les está esperando. Aunque no era la primera vez que se ven, impone un poco. Tras los saludos de rigor posan para la foto, la foto que todos los invitados del anfitrión se hacen. Claudia mira con cierto nerviosismo a sus hijas y luego a la cámara. A sus hijas de nuevo. Se resigna, mira de nuevo a cámara y sonríe. Flash.

Algunas horas más tarde, tras reunirse con el presidente Morgan, a Javier le comunican que la foto está causando cierto revuelo en la red, aunque nada preocupante, de momento. A la gente española le choca cómo son sus hijas, de aspecto gótico. Cuando se lo cuenta a su esposa, ella asiente. "Te lo dije, te advertí que no era normal". "Cariño, cada uno es como es y no debería avergonzarse por ello. Yo soy su padre y las apoyo, me da igual lo que diga la gente, se les pasará". Efectivamente, unos pocos días más tarde ya no se hablaba de eso, la gente estaba ya con otras cosas. "Ha sido un buen viaje", pensó.

Y la intranquilidad que tenía desde un principio ya desapareció. Había soñado que un presidente, de nombre José Luis, tenía unas hijas como las suyas. Que había hecho el mismo viaje y que mandó retirar la foto en cuanto se dio cuenta. Ante tal retirada, los medios se echaron como carnaza y todo el mundo se reía de ellos. "No hubiese sido una buena idea".

lunes, 21 de septiembre de 2009

de ficciones ficcionales de ficción, coño!

El otro día tuve la suerte, o la desgracia (¡vaya precios!), de ir al cine. Vi District 9 y, cuando salí, no lo hice con mal sabor de boca. Tampoco me parece un peliculón, pero bueno, está entretenida. El caso es que hoy, navegando por Internet, vi una noticia referida a esta película: resulta que en Nigeria prohibieron el visionado del film porque, según ellos, perjudica la imagen de los nigerianos.

La película va de unos extraterrestres que llegan a la Tierra y aquí se quedan. Concretamente en Sudáfrica. Y unos nigerianos son los que trafican con armas con ellos, pero aspiran a algo más que eso, así que se comen los brazos de algunos de los aliens. El que quiera saber más que la vea, que me da pereza y puede que se me escape algún espoiler. En fin, que el gobierno de allí la considera ofensiva. Esto lo traigo a cuento porque cada vez que sale una noticia de éstas (que hay más, siempre hay alguien molesto con el cine) me pongo un poco de los nervios, ya que lo que hace la productora es un producto de ficción. Si fuese un documental, bueno. Si fuese un reality, bueno. Pero es ficción. FICCIÓN. También los del Vaticano se quejaban de El código Da Vinci y otros colectivos se quejan de otras películas. Y no lo entiendo.Sí, en esta película salen nigerianos comiéndose brazos de extraterrestres, pero en una película. No es verdad. Tampoco hay aliens en Sudáfrica y nadie dice nada (mmm... ¿será porque los hay?)

Si todos los productos de este tipo, culturales: libros, pelis, etc. hay que hacerlos siendo políticamente correcto siempre, menuda mierda, así de claro. Todas las historias serían iguales, ya que no podrías contar nada 'anormal' o fuera de lo común de nada ni nadie. Pues nada, ya que hay que ser así de tiquismiquis (o sea, gilipollas), seámoslo. La próxima vez que vea Superman voy a crear una plataforma y a protestar, porque sale un tío volando y eso no puede ser, porque no existen, los hombres no vuelan. O el próximo capítulo que vea de True Blood (aunque falta un cacho para que comience la tercera temporada, ¡qué ganas ya! y acaba de acabar la segunda) crearé ora plataforma para protestar por la imagen de chupasangre que les dan a los habitantes de pueblos rurales de EE.UU.

El caso es quejarse. Señores, por favor, cállense la boca y disfruten de la película.


p.d.: Eusebio, mi amigo becario en Murcia, me llamó ayer otra vez. Desde un avión Air Sudáfrica. Resulta que también vio la película y el tío está convencido de que los aliens ya llegaron a la Tierra y están en Sudáfrica. Así que fue para allá y me llamó de la que volvía. Al parecer, cuando llegó vio a un ser muy extraño colándose por una valla y lo siguió. Pues resultó que era un extraterrestre! Si! Ojo, esto es una exclusiva! Así que siguió siguiendo con el seguimiento y se encontró con que no estaba solo, había muchos más. Y luego vio que había cámaras, focos, luces y todo tipo de elementos de rodaje. Así que se decepcionó un poco al principio, pero luego se le pasó, porque no es que estuviesen rodando una película, o la segunda parte de District 9, sino que estaban grabando para Callejeros Terrícolas, que es un programa que tiene Cuatro en Urano. Si lo entrevistaron y todo. Por cierto, que muy majos los uranios. Ya luego se fue a una discoteca a ver si veía a los de Callejeros Fiesteros, pero no hubo suerte, aún no está inventado. Dice que se va a quedar allí unos días por si aparecen, que seguro que no tardan en hacerlo. Amén.

martes, 1 de septiembre de 2009

de repeticiones y más repeticiones. Y repeticiones también

¡Cómo les gusta repetirse a las cadenas de televisión, eh? Sobre todo en verano. En verano es cuando más se repiten. ¡Cómo se repiten! Lo peor de todo es que no es que se repita una sola cadena poniendo reposiciones de los programas que ya se emitieron durante la temporada. ¡Cómo se repiten! Lo peor es que las cadenas en general se repiten copiando los programas de otros y emitiéndolos casi a la vez. ¡Cómo se repiten! Pasó durante todo el verano con el mismo programa emitido por casi todas las cadenas. ¡Cómo se repiten! Lo que pasa es que les ponen nombres diferentes para disimular. ¡Cómo se repiten! Incluso hay cadenas que tienen dos. O tres. ¡Cómo se repiten! La 1 los llama Comando actualidad y Españoles en el mundo. Cuatro los llama Callejeros, Callejeros viajeros y Ola Ola. Antena 3 Arena Mix y La noche Mix. laSexta Vidas anónimas. ¡Cómo se repiten! Y la que faltaba, Telecinco, va a hacer otro: Mientras duermes. ¡Cómo se repiten! Y todo esto viene de los programas de Telemadrid Mi cámara y yo y Madrileños por el mundo. ¡Cómo se repiten! Creo que Esperanza Aguirre quiere trasladar la Comunidad de Madrid a la costa para poder hacer Madrileños en la playa Mix. ¡Cómo se repiten!
Yo creo que deberían simplificar para no confundir a la audiencia y cambiarlos todos de nombre: El de La 1, El de Cuatro, etc. ¡Cómo se repiten! Aunque, mirándolo bien, tiene su lado positivo: no tienes que andar mirando en la prensa o en el teletexto lo que hay en la tele, porque en una cadena u otra va a estar el mismo programa. ¡Cómo se repiten! Esque solo le falta a La 2 hacer el programa. ¡Cómo se repiten! Pues venga, hago un llamamiento a La 2. No puede ser que no tengan ustedes el programa en su parrilla. ¡Cómo se repiten! ¡Adelante! Lo podrían llamar Científicos viajeros por el mundo Mix.

¡Cómo se repiten! Yo esque odio las repeticiones.


p.d.: Eusebio, el becario de Murcia que es amigo mío, me llamó anoche todo preocupado. Me dijo que se había perdido El de Cuatro. Y no podía ser, me decía, porque iban a Los Ángeles y luego a Miami. Pero que no me preocupara, que había estado de cañas con un tinky-winky que le regaló una tableta de chocolate mágica que, si la pones al baño maría, puedes leerle la mente a la primera lombriz que te encuentres. Lo hizo y se fue, pues, al campo a probar. Se encontró con una lombriz pero ésta no pensaba nada. Y solo se podía hacer una vez. ¡Pues ya es mala suerte!

viernes, 21 de agosto de 2009

de calores y conspiraciones

Oh, calor, calor! Cuán tocacojones eres! Oh, calor, calor! vete a la mierda! Es curioso, en un caluroso día de verano odio el calor. Pero en un glacial día de invierno lo echo de menos. La culpa la tienen los extremos, que son malos. Ojalá no existiesen los extremos. Ni para la temperatura ni para nada. Ojo, no digo que no existan las diferencias, sino los extremos. Ni frío helador ni calor derritente. Ni de extrema derecha ni de extrema izquierda. Ni María Patiño ni Belén Esteban. Los extremos, vamos. Esque no puede uno ni salir a la calle. Aunque depende de dónde vivas. Si vives en Sevilla no es lo mismo que si vives en Oviedo. Pero yo que actualmente vivo en Valladolid ya me derrito cuando salgo del portal. Esque ni abrir las ventanas de casa puedo hasta las diez de la noche! El caso es que sales de casa y tienes que ir pegado a los edificios para que te de la sombra, si te la da. Problema, todos piensan lo mismo que tú. Bueno, tampoco es que se paren a pensarlo, es el instinto humano el que busca la sombra. Pues eso, que te tienes que pelear con la gente. Y luego llegas a los sitios deshidratado con ganas de beberte un cubo de agua o cuatro cañas seguidas. Yo creo que en realidad el calor no existe, es un invento de Fuensanta en colaboración con AMSTEL que, subliminalmente, nos hacen creer que tenemos mucho calor. Pues son buenos, muy buenos los jodíos!

p.d.: hoy me llamó un becario de Murcia y me contó que ayer, de repente, entró en casa y estaba nevando. ¡Dentro de su casa! Le preguntó a Jeffrey, que es una sardina en lata que tiene como mascota, que qué estaba pasando. Jeffrey respondío, siempre a través de la lata (porque aún la tiene cerrada, por si acaso) que de repente vio una luz, llegó Santa Claus y, cuando se fue, empezó a nevar. Pero lo peor de todo es que no había dejado ningún regalo porque, según palabras textuales suyas, "how how how, aún no es Navidad, how how!".
Brindo por ello!

miércoles, 19 de agosto de 2009

de intentos de tetas hasta la barbilla y pilotos de F1

Quiero hacer un llamamiento a los señores de laSexta. Por favor, suprimid la sección de Berta Collado en Sé lo que hicisteis. No es por ella -aunque tampoco es que lo haga muy bien- sino porque es una chorrada como una casa. Ya sé que todo el programa es una chorrada como una casa. Pero como una casa de las grandes. La de Flavio Briatore, por ejemplo. Pero esa sección es una chorrada sin gracia. Son vídeos chorra que todo el mundo vio ya en YouTube o se lo puso un amigo, o le llegó por e-mail, etc... Ah, y otra cosa, no le apretéis el escote tanto, que queda fatal ver las tetas aplastadas para dar la sensación de que le llegan hasta la barbilla. En fin, que yo después de comer veo el programa. Aunque, en mi opinión, ya no es lo que era, pero hacen gracia Ángel Martín y Dani Mateo. Pero cuando empieza la sección de la Collado pongo el mute y leo hasta que empieza 'Qué está pasando'. Este post no va a cambiar nada, pero yo lo escribo, que me aburro.

Por cierto, hablando de laSexta. Ya tengo ganas de que llegue el fin de semana para ver el Gran Premio de Europa de F1 que, como ya saben, será en Valencia. A Renault lo sancionaron sin correr pero al final le levantaron el castigo y correrá. Menos mal. Ya con nuevo segundo piloto que, a poco, lo hará mejor que Nelsinho. Le deseo toda la suerte del mundo a Fernando Alonso y deseo que Luca Badoer no puntúe y así los de Ferrari se den cuenta de que tendrían que haber puesto a Gené como sustituto de Felipe Massa. Y estoy seguro de que, haga lo que haga en la calificación, Timo Glock puntuará en la carrera. Confío en él.

Brindo por ello!

viernes, 14 de agosto de 2009

de esperas, gentlemen, asesinos y ostras fuera del mar

Ja, ja, ja, ja! hace un rato vi el anuncio de Jazztel, el que dice "el cambio rapidísimo". Y cada vez que lo veo, me parto. Desde el día 1 de julio vivo en un piso con unos amigos y llamamos a los de Jazztel para poner Internet y teléfono el día 30 de juNio. Estamos a 14 de agosto y aún los estamos esperando. Así que si van a poner Internet en su casa, no lo hagan con Jazztel (a no ser que les importe esperar, y esperar, y esperar...)
El otro día conocí, porque me mandaron a una rueda de prensa, a Nick Clegg. Para el que no lo sepa, es el líder del Partido Liberal británico, que es la tercera fuerza política de ese país y que, en breve, será la segunda, ya que el partido de Gordon Brown, el primer ministro, está cayendo como la espuma. Esto no viene a cuento, pero oye, me hizo ilusión haber conocido a un tío que puede ser primer ministro del Reino Unido (aunque sea a largo plazo). Dice que le gusta mucho Valladolid (qué va a decir el hombre, estando delante del presidente de la diputación) y que, sobre todo, le gusta la comida española y comer en general. ¡Ah, este es de los míos!
Y otra cosa que me hizo ilusión fue descubrir que cuando empieze la siguiente temporada de Dexter (mi serie favorita actualmente junto con Lost) van a hacer una serie animada en la página web paralela. que, además, va a contar con las voces de Micheal C. Hall (o sea, Dexter). Tengo ganas de entrevistar a este tío. Dexter, podrías venir a Valladolid, hombre!

Ya se que la entrada de hoy no viene mucho a cuento de nada, pero ya acabé mis quehaceres en el trabajo y me aburro. Me aburro mucho. Y, además, si a que desde mañana tengo cuatro días de descanso le suman lo que dice en el primer párrafo, hasta el miércoles no voy a poder escribir nada. Así que aquí me hallo, aburrido cual ostra que se aburre en el mar. Aunque la ostra por lo menos tiene todo el mar para disfrutar. En cambio yo estoy en una redacción que ocupa el piso de un edificio. Y no hay muchas más opciones que estar en mi mesa. Ý sería muy raro estar yendo y viniendo del baño cada poco. Así que nada, soy una ostra fuera del mar.

miércoles, 12 de agosto de 2009

de calores e hipocresías

¿Nunca han tenido el típico día en el que no les apetece hacer nada? Absolutamente nada. No se si me están pillando: NADA. Ni siquiera tirarse a la Bartola, por muy buena que esté y disponga de intenciones. Nada, ni siquiera dormir. Pues yo es el que tengo hoy. Será el calor. Será. El calor vallisoletano. Por Dios, si pretenden venir a Valladolid próximamente por favor, no lo hagan. No es que no me agrade su presencia, simplemente lo digo por su bien.
En fin, que aquí estoy, reflexionando. Y leyendo. Lo digo porque leo todos los días varias columnas de interés. Del mío por lo menos. Y me llamó la atención una cosa. Una columna de televisión que leí esta mañana en el periódico El Norte de Castilla. Una columna que a mi me pareció muy hipócrita. No por el columnista, que no es el de siempre, José Javier Esparza, sino que era otro que seguramente lo leí en alguna otra ocasión, pero que ya no me acuerdo. Y por eso digo que no me pareció hipócrita por el escritor, sino por el oficio de crítico televisivo en general. Escribía el artículo al que me refiero un tal Boquerini. Sí, si, yo también lo tuve que leer dos veces. Alababa NO, ensalzaba al recientemente fallecido Valerio Lazarov. Alegaba NO, confirmaba que el susodicho revolucionó la televisión. Pero, ¿de qué manera? Decía que a su llegada a Telecinco Lazarov puso en práctica las armas que había aprendido en Italia: los contenidos frívolos y la contraprogramación. Y le defiende. Y acabó su columna diciendo que se va un grande de la televisión mundial. MUNDIAL!, no nacional. Pero digo yo una cosa: ¿no se supone que los críticos de televisión están en contra de todo eso? Ojo, a lo mejor el Boquerini este no es de esos y siempre lo defendió. Y por eso decía antes que lo que digo no lo digo en particular, sino en general. Pues eso, que no lo entiendo. Y por eso se me vino a la mente la palabra Hipocresía.
Porque parece que como es un fallecimiento hay que hacer la pelota. Siempre es triste que muera alguien, pero no es obligatorio escribir sobre ello. O, por lo menos, no es obligatorio pelotear. Sobre todo si es al padre de la telebasura.
¡Que vuelva Jose Javier Esparza!

jueves, 6 de agosto de 2009

aburrimiento

Me aburro en el trabajo. Hay días en los que no hay nada que hacer. Puede parecer impensable, ¿verdad? Pues es la verdad. Les voy a explicar en qué consiste mi trabajo: tengo un contrato de prácticas en un periódico regional. Sí, estudio Periodismo, muy perspicaces. En una universidad de Valladolid que lo único bueno que tiene son las oportunidades laborales que ofrecen: ya desde que estás en segundo puedes hacer prácticas en varios medios de comunicación y, si tienes suerte y haces bien tu trabajo, cuando acabas la carrera te pueden contratar. Si tienes suerte cuando aspiras simplemente a lograr un trabajo, claro, porque si aspiras a llegar un poco alto, debes picar a otras puertas. En fin, a lo que iba, que me aburro trabajando en un periódico regional. A mi me hubiese más gustado aburrirme en un periódico nacional, pero bueno. De hecho, por pedir, me gustaría aburrirme en una radio. En una radio nacional, claro. ¡Qué carajo! ya que estamos pidiendo y soñando, porque esto no se hará realidad escribiéndolo en un wordPad desde un periódico regional porque no tengo nada que hacer, me gustaría divertirme en una radio. Nacional, ya saben. Pero bueno, tampoco es tan grave. Podría estar en un periódico provincial. O en un periódico local. O en una gaceta de barrio. O en una hoja parroquial. Pensando en esto, tampoco es para tanto. Lo de no estar en algo más amplio, digo. Aunque, pensándolo bien, Castilla y León es una región grande. La más grande de España. Así que ya es más que estar en un periódico regional de Murcia. No por calidad, ojo, sino por tamaño y, por lo tanto trabajo. Y aún así me aburro. Ya me dan pena los becarios de Murcia. Creo, además, que es una de las regiones más grandes de Europa. Castilla y León, no Murcia. Así que fíjense, aún así hay días en los que no tengo nada que hacer. Será porque es agosto y la gente está de vacaciones. Será. A mi me gustaría que me pasase algo emocionante. Una historia de esas que pasan en los libros y en las películas (a veces pasa lo mismo en ambas, por eso de la falta de creatividad en el cine... digoo, de las adaptaciones). En fin, que me gustaría que me pasase algo emocionante como que, de repente, haya un asesino en serie en Valladolid y a mi me toque investigar mano a mano con la policía. Y que el asesino me llame y me diga que no le vamos a pillar. Y que me diga que va a volver a matar. Y que mis noticias al respecto sean las más leídas y que me las quiera comprar EL PAÍS. Pero me parece que es soñar demasiado. A veces creo que por la mente te pasan cosas más estrafalarias cuanto más aburrido estás. Dios mío, los becarios de Murcia deben esperar que un dragón aparezca por allí y le diga a un armadillo atómico que, de la que venía del mundo de los dragones, pasando Júpiter a la derecha, vio una amapola hecha con ositos de gominola. Pues que esperen, que esperen.