miércoles, 1 de junio de 2011

futuro incierto

Jürgen encendió un cigarro. Lo necesitaba. Valencia le agobiaba. Le pasaba cada vez que visitaba esa ciudad. Y más aún ahora, con la feria del libro en su apogeo y toda la gente apelotonada entre las casetas. Además estaba enfadado. El cargamento había llegado tarde. Ese puto barco siempre se retrasaba. Aunque la culpa la tenía el capitán, vividor donde los haya. Había sido acusado por violación y todo. Cada mes, Jürgen se replanteaba volver a trabajar con él. Se acordaba de cuando era pequeño y no encajaba en su clase. Con nadie. Y ahora aquí está, esperando. Por fin, media hora después el barco llegó.

Sube a bordo y baja hacia el almacén. Se planta delante de la puerta, como dudando. La abre. Docenas de ojos se abrieron a la vez, fijos en los suyos. Iba a ser difícil elegir esta vez. Entra y cierra la puerta.

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